Escucha a la persona y muestra interés genuino en su bienestar. El apoyo emocional puede ayudar a la persona a enfrentar el estrés y la ansiedad ante una nueva situación de salud.

Ofrece ayuda con las tareas diarias, como hacer las compras o llevar a los niños a la escuela.

Infórmate sobre su estado de salud para poder entender mejor lo que está pasando. Esto puede ayudar a la persona a sentirse más comprendida y apoyada.
Incluye a la persona en las actividades sociales para que no se sienta aislada.

Ayuda a la persona a seguir su plan de tratamiento. Esto puede incluir recordarle tomar sus medicamentos, acompañarla a las citas médicas o simplemente estar allí para apoyarla.

La comunicación es clave para asegurarte de que tanto tú como el paciente estén en la misma página. Habla abiertamente y con honestidad sobre los síntomas, los tratamientos y las expectativas en el camino de atención médica.

Un buen cuidado requiere una buena organización y planificación. Crea un horario para llevar un registro de las citas médicas, los medicamentos y los tratamientos. Mantén una lista actualizada de los nombres y números de teléfono de los diferentes médicos, especialistas y proveedores de atención médica.

El cuidado de una persona que atraviesa una situación que compromete su salud puede ser impredecible y requerir mucha flexibilidad y adaptabilidad.